

Después vimos una vez más como para leer un libro no es necesario dominar la mecánica lectora sino que podemos apoyarnos en las imágenes y traducirlas a palabras. Es cuestión de observar detenidamente las imágenes, las formas, las texturas, lo que nos sugiere cada detalle, cada gesto de los personajes, el movimiento... Lo demostró un alumno que iba diciendo a sus compañeros y compañeras las impresiones que recogía de su libro y la narración que se desprendiá de las ilustraciones. Después todos lo hicimos con nuestro libro. Leer imágenes es una forma de iniciar el camino de la lectura, un camino que acoge también a palabras e historias.
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