Xan López Domínguez ha visitado
nuestra biblioteca y ha mantenido un encuentro con el alumnado de primer ciclo
para hablarnos tanto de su faceta de ilustrador como de la de escritor.
En la primera sesión nos encontramos
con el Xan ilustrador. Tras la presentación surgieron las primeras preguntas. Así
pudimos saber cómo se inició la colaboración con la escritora Gloria Sánchez y
cómo abordó este trabajo para el libro Peluso. Primero leyó la historia, se
informó sobre como son los osos polares, ya que uno de ellos es el protagonista
del libro y dialogó con la autora para concretar cómo serían las ilustraciones
y darle sentido a la historia.
Después vino el trabajo de los
bocetos. Pudimos ver fácilmente gracias a las ilustraciones que iba haciendo
las diferencias entre unos osos y otros. Hizo muchos dibujos hasta que llegó a
encontrar el que le gustaba, con el que se sentía cómodo para la historia.
Entonces supimos que el proceso
se inicia cuando la editorial entrega al ilustrador el texto impreso en folios.
Después cuando acepta el trabajo, la editorial hace el montaje del libro sin
dibujos para que el ilustrador encaje en los huecos previstos por la editorial
sus dibujos. Finalmente se edita el conjunto de lo que será el libro.
En la ilustración el ilustrador
puede tomarse ciertas licencias para completar o inventarse ciertos detalles. Por
ejemplo al ser una obra descriptiva necesitaba mostrar al personaje haciendo
distintas acciones, o exagerar la historia para mostrar los afectos y darlo a
entender mejor.
En su trabajo, primero realiza el dibujo a mano
y después lo termina en el ordenador, usando entre otros la paleta gráfica para
colorear, terminar el dibujo o hacer las sombras.
Nos contó que empezó a dibujar hace más de treinta años para ilustrar libros de texto. Aprendió con esfuerzo y mucha dedicación. Fue y es autodidacta porque todavía sigue aprendiendo y en su afán de mejorar pone todo su esfuerzo. El secreto para dibujar bien es dibujar mucho.
Nos recomendó que no copiáramos,
que observáramos cómo lo hacen otros, qué detalles tienen los dibujos, cómo
solucionan aspectos interesantes, pero según él, cada uno tiene que hacer su
propio dibujo, su propia obra.
Este libro tardó en ilustrarlo un
mes aproximadamente aunque hay otros que puede tardar hasta un año. Todas las
obras las aborda con rigor y cariño. Ha ilustrado unos 400 libros que viajan
por todo el mundo y escrito entre 30 o 40 que han sido traducidos a muchas
lenguas. Parece que cada vez le gusta más escribir.
En su faceta como escritor se
siente cada vez mejor y le gustan sobre todo las historias divertidas y que
cuenten transformaciones, es decir, todo puede suceder y cambiar en sus
historias llenas de imaginación. De hecho, no escribe sobre ningún lugar
conocido sino que todo es imaginado. Se muestra abierto al cambio, a vivir
experiencias sin miedo para, a través de sus libros, hacer mejores personas. El
valor de sus libros está en el disfrute y en el afán de mejorar.
Al final hubo firma de libros con ilustración incluida.
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