Acción,
viajes, héroes, heroínas, evasión, aprendizaje… son algunas de
las ideas que vienen a la cabeza al pensar en los libros de
aventuras. Una buena combinación de estos ingredientes, en adecuadas
dosis, es indispensable para disfrutar de este género.
En
las obras de aventuras valoraremos principalmente:
- Que
la secuencia
narrativa de
la obra se desarrolle de forma equilibrada: los capítulos previos a
la acción predisponen y preparan al lector para afrontar el
conflicto propiamente dicho y la resolución final lo devuelve a la
normalidad con el bagaje del camino recorrido.
- Que
la construcción del marco
espacial y temporal parta
de una buena labor de documentación del autor.
- Que
los personajes tengan
encarnadura y estén bien definidos, que mantengan coherencia entre
lo que dicen, las acciones que realizan y las consecuencias de estas.
- Que
trasmita emoción,
peligro, incluso a veces una sensación de vértigo, ayuda a que el
lector se identifique con la historia y se implique en la acción,
que se sienta inmerso en la aventura.
- En
las novelas de carácter iniciático, otro valor añadido para el
lector es que éste, a través de las vicisitudes que acontecen a los
protagonistas, pueda compartir con ellos dudas
y aprendizajes.
- Que
el final no
sea previsible y sea acorde con lo acontecido a lo largo del
conflicto.
Coge
un libro, busca un buen sitio y… ¡qué comience la aventura!
Fuente: El Laboratorio de la lectura de la FGSR
En la estantería inferior podrás ver algunos de los títulos que tenemos en nuestra biblioteca.
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