Elisa Yuste afirma que la lectura en los primeros años de vida es juego y diversión,
pero a medida que crecemos la lectura se convierte en una actividad más
compleja y exigente, y puede pasar de ser un hábito divertido a
convertirse en una actividad tediosa, incluso frustrante. Para
mantener el interés y el gusto, el acto de la lectura ha
de ser, ante todo, libre y no condicionado. Por eso la autora recomienda:
Consejo 1: Lee lo que te dé la gana
Los lectores debemos elegir nuestras lecturas. A veces
hacemos elecciones más arbitrarias (el color de una cubierta,
por ejemplo), otras veces más meditadas, pero la tarea de selección
forma parte de nuestro itinerario lector y es la forma de aprender a
elegir y a dejarnos asesorar cuando lo consideremos oportuno. Tenemos que elegir la lectura que queremos hacer en
cada momento atendiendo a nuestros gustos e intereses, pero también
a nuestros estados de ánimo y a nuestras circunstancias.
Hay
estudios que afirman que unos minutos de lectura al día marcan la
diferencia y todos podemos sacarle unos minutos a nuestro día: en la
mesa mientras desayunamos, en el metro o en el bus cuando vamos al
trabajo, en la cocina mientras se calienta la comida, en el salón
durante los descansos de nuestra serie favorita, en el baño en
nuestros ratos íntimos… Identifiquemos esos minutos y leamos.
Consejo 3: Lee como te dé la gana
En la cama, en el sofá, en el transporte público; tumbado,
sentado, de pie…; con mucha luz o casi a oscuras…; en completo
silencio o con la música a tope, también en voz alta.
También el tipo de lectura
que quiere hacer de según qué obra: una lectura detenida y profunda
acompañada de notas, una lectura ligera “en diagonal”; saltando
capítulos, incluso sin llegar al final, si la obra se cae de
las manos; y, por qué no, una relectura, si se considera la
obra lo merece, que no se le ha sacado todo el partido, que
puede ofrecer otra perspectiva o “si lo pide el cuerpo”. Cada
lector es diferente.
Si
queréis que vuestras lecturas sean más efectivas y enriquecedoras, la autora os
recomienda consultar las tres
claves de la compresión lectora.
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