” No hay espectáculo más hermoso que la mirada de un niño que lee “ Günter Grass

lunes, 26 de mayo de 2014

CHEQUEO EMOCIONAL A LA LECTURA: EL LIBRO Y YO

Ilustración: Noemí Villamuza
En las aulas llevamos a cabo infinidad de actividades diferentes relacionadas con la lectura.

Pero, ¿nos hemos parado a pensar qué piensan nuestros alumnos y alumnas respecto a la lectura, respecto a los libros? Indudablemente lo que piensen y las ideas previas que tengan marcarán su posicionamiento, su actitud y su motivación a la hora de leer. Y esto, a su vez, condicionará su esfuerzo, su rendimiento y su disfrute.

Y, ¿qué sienten? ¿Son capaces de poner nombre a lo que alberga su corazón antes de empezar a leer, cuando lo están haciendo, o incluso al terminar? ¿Deja huella lo leído? ¿Movilizan y activan su pensamiento para incorporar nuevos puntos de vista, nuevos aprendizajes?¿Se meten dentro de la historia y empatizan con los personajes ? ¿Relacionan lo leído con sus vivencias? ¿Son conscientes de todo esto?

Y, ¿qué leen? ¿Tienen alguna relación con las propuestas que les hacemos desde el colegio? ¿Qué tipo de lectura realizan en su tiempo libre, en qué formato, con qué objetivo, con qué frecuencia, qué géneros prefieren, cuáles son sus personajes preferidos, qué temáticas predominan...?

Esto es lo que hemos querido plantear con esta actividad de El libro y yo en todos los cursos de primaria.

Planteamos la actividad adaptándola al nivel y comprensión de cada nivel, sugiriendo y aclarando lo que significaba. Se trataba de que buscaran en ellos mismos las respuestas a estas cuestiones, que se pararan a pensar en algo que habitualmente hacen pero de una forma mecánica, sin observar qué pensamientos pasan por sus mentes y cómo influyen y determinan su comportamiento como lectores. Poner nombre a las sensaciones y emociones que nacen del acto de leer o de lo que nos evoca la lectura tampoco es algo de lo que nos demos cuenta normalmente. Por eso hemos querido parar para observar y comprender qué supone para cada uno de nosotros la lectura, en qué momento estamos, cuál es nuestra relación con ella, qué suponen los libros en nuestra vida...

Y una vez que somos conscientes de esto también nos hemos cuestionado qué dificultades encontramos tanto al leer como al comprender, qué obstáculos frenan o limitan esta actividad...

Y lo más importante, ¿cómo podemos solucionarlos? ¿Qué mejoraría nuestra lectura? ¿Qué hacer individual o colectivamente? ¿Con qué recursos?¿En qué momentos? …

Una vez planteada la reflexión, cada alumno y alumna rellenó una ficha en la que aparecían estas preguntas. Posteriormente se hizo una puesta en común para recoger las impresiones y opiniones de todos. Todas eran válidas y aceptables. No se trataba de valorar sino simplemente de ver, en algunos casos constatar y en otros hacer conscientes de la importancia que tiene este “chequeo” , no solo en la mejora de nuestra lectura, sino en nuestra relación con ella. 

Porque la lectura nos acompañará toda la vida, es mejorable, es práctica y funcional para la vida diaria en todos los ámbitos y está en nuestra mano elegir qué, para qué y cómo lo vamos a hacer. En esta compleja y a la vez fascinante tarea el compromiso e implicación docente es fundamental.


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