Una niña, aburrida y perezosa a la
que no le gustan los libros sin ilustraciones ni diálogos, penetra
en la madriguera de un conejo blanco al que ha estado siguiendo y,
desde allí, accede a uno de los mundos de fantasía más fascinantes
que ha dado la literatura infantil.
Así arranca Las aventuras
de Alicia en el país de las maravillas, de cuya publicación se
conmemora el 150º aniversario. Su autor, Lewis Carroll era el
seudónimo del reverendo Charles Lutwidge Dodgson, profesor de
matemáticas en Oxford . Tímido y reservado, era un apasionado de la
fotografía, la creación de juegos matemáticos, la experimentación
con el lenguaje, la fotografía y los niños.
El libro de Lewis Carroll tiene múltiples lecturas. Es, por
supuesto, una aventura destinada a lectores infantiles, pero también
un escalofriante reflejo de la conflictiva personalidad de su autor,
una sátira de su época y una obra maestra del humor absurdo. Leída
de niño, los libros de Alicia reflejan el asombro y el miedo de la
infancia; leídos después, la indignación ante la estupidez e
hipocresía de los adultos.
Convertida ya en un icono, Alicia aún tiene mucho que enseñarnos
y sus continuas mutaciones en forma de reediciones, adaptaciones y
parodias es inspiración para otros artistas. Desde su publicación
ha influido en las manifestaciones artísticas más variadas desde la
cultura popular a canciones, relatos, teatro, ballet, cine y hasta videojuegos.
Ilustración de John Tenniel, 1ª edición de 1865 |
Resulta curioso cómo surgió la historia. En un verano de 1862,
Charles Ludwing Dodgson, acompañado de un amigo, habían llevado a
tres niñas, Lorina, Edith y Alicia a pasear en barca a orillas del
Támesis . A las niñas les encantaba escuchar las historias que
Dodgson les contaba, armando argumentos estrafalarios a partir de las
interrupciones, comentarios y sugerencias de las niñas. Esa tarde,
la protagonista de la historia fue Alicia, que acababa de cumplir
diez años. Así nace Alicia en el País de las Maravillas en
la que la lógica y azar, naturaleza e
imaginación anticipan el armazón de lo que sería su obra maestra.
Posteriormente Alicia le pidió que escribiera la historia. En
1865, se publicó el libro firmado bajo el seudónimo de Lewis
Carroll . Seis años más tarde, apareció el segundo volumen de las
aventuras de Alicia, A través del espejo que
tiene la estructura de una partida de ajedrez . Los dos
libros forman parte de la pequeña biblioteca de obras esenciales de
la humanidad y, como otras, son la crónica de un viaje. Esta obra
convirtió a Lewis Carroll en un autor reconocido y exitoso.
Alicia no tiene moraleja y transmite cierta sensación de
anarquía. Está lleno de juegos verbales con significados
múltiples que la convierten en una pequeña maravilla. Es un
desbordante escaparate de imaginación sin freno.
En de la A a la Z encontraréis una
hoja de ruta para disfrutar de su particular mundo.
En las películas que la han adaptado se comprueba
cómo distintos artistas han reinterpretado una obra que cada lector
imagina de una manera.
Sin duda, su cumpleaños bien merece una relectura o lectura para los que todavía no la conozcan. Es el mejor regalo que podemos hacerle a esta chica respondona, curiosa, resuelta y divertida que, a pesar de sus 150 años, no pasa de moda.
Vía: El País
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