Hoy ha estado en nuestra biblioteca Pedro Mañas Romero para mantener un encuentro con el alumnado de
segundo ciclo que había leído su libro Una terrible palabra de nueve letras.
Con este título obtuvo el Premio de Literatura Infantil Ciudad de Málaga en
2.012 que concede la Editorial Anaya y que se suma a otros premios anteriores.
Destaca su
dedicación al teatro para el que ha realizado montajes para el público infantil
y adulto con su compañía La cama sin
hacer en la que participa como actor y dramaturgo. Ha desempeñado otros oficios como actor de doblaje, profesor, administrativo,
traductor, payaso…
Pedro comenzó diciéndonos que lleva ya seis años encontrándose con sus lectores, aunque es la primera vez que lo hace fuera de Madrid. Siempre le importó que
los niños y adultos se comunicaran en base a un buen entendimiento, abordando
todo tipo de temas de forma adecuada para que puedan comprenderse mutuamente. Y
esa es su intención en el día de hoy: hablar de todo lo que surja alrededor de
su historia. Por cierto, su libro crea y mantiene la expectación hasta el final
y todos los alumnos hacen hipótesis sobre la posible palabra a la que se refiere y que siempre aparece codificada. Así que ante este gran interés les asegura que al final
les dirá de qué palabra se trata.
Y para involucrarnos a todos nos dijo que él no era el único
cuentista que había allí, sino que todas las personas lo somos. Porque, qué
otra cosa si no hacemos cuando damos pretextos, ingeniamos excusas, decimos
pequeñas o grandes mentiras, inventamos escapatorias o buscamos coartadas… Así
que todos, todos, somos cuentistas.
Y al igual que cada profesional necesita una serie de
herramientas para desarrollar su trabajo, el cuentista también necesita las
suyas. Pero no las dice directamente sino que son los niños y niñas los que
tienen que deducirlas. Para ello leerá tres principios diferentes de la
historia y que tienen que acertar cuál de ellos es el que corresponde con el
inicio de su libro. A medida que los lee y se hacen las votaciones va matizando
las diferencias entre las formas, las palabras y los significados; como las
palabras expresan y evocan cosas diferentes tanto por sí solas como en relación
a otras palabras.
Después lee el principio de varios cuentos conocidos y los
alumnos tienen que adivinar el título y el personaje del que se trata. Poniendo
atención en las palabras iniciales de cada cuento nos damos cuenta de un
elemento fundamental para la construcción de una historia: LA ORIGINALIDAD. Porque
nos sorprende, nos cautiva y nos atrapa a la lectura.
Estas “herramientas del cuentista” son gratuitas,
infinitas, no se agotan nunca y siempre pueden ir con nosotros.
Los niños van diciendo otras posibles herramientas
básicas hasta que dan con una fundamental: LA IMAGINACIÓN. Pedro nos dice que
la imaginación es como una maceta en la que germinan historias y para que esto
sea posible hay que sembrar, regar, cuidar, ... pero ¿cuál es la semilla de una
historia? De nuevo son los alumnos los que van sugiriendo posibles semillas
hasta que deducen que una semilla puede ser cualquier cosa: un principio, un
final que conduzca a todo lo anterior, una noticia de un periódico, un dibujo,
una sensación, una foto, una película, un videojuego… cualquier cosa que ponga
en marcha la imaginación.
Llegado este momento nos contó que la historia de su
libro surgió a partir de una noticia situada en Estados Unidos en la que unos
padres protestaban indignados porque se iba a poner a la venta una muñeca que
decía palabrotas.
Después hubo un tiempo de diálogo en el que se habló de escenarios, personajes y hechos que ocurren en el libro.
Les propuso que él
leía oraciones y tenían que adivinar qué personaje lo decía y a partir de ahí se
analizaba la situación y las razones del personaje para actuar así. De esta
forma se dan cuenta que todos los personajes (y también las personas) merecen una oportunidad de conocerlos
y comprenderlos mejor, porque quizá detrás de su comportamiento hay cosas importantes
que les afectan y a lo mejor podemos ayudar.
Y por último, la última herramienta básica: LAS PALABRAS,
o en definitiva, el lenguaje, gracias al cual podemos comunicar, ilusionar,
alegrar, entristecer, expresar, convencer, enamorar, narrar, emocionar, … con
las palabras se puede hacer casi de todo. Por eso es importante aprender a
utilizarlas y usarlas de forma correcta. Porque quien tiene las palabras tiene
el poder.
Y por fin, después de un turno de preguntas, Pedro nos descubrió
la palabra de nueve letras que todos ansiábamos conocer.
Al final hubo firma de libros y nos despedimos después de
haber pasado un rato muy agradable, habernos hecho pensar y quizá también,
haber sembrado alguna semilla que a lo mejor crecerá porque queremos cuidarla y
ya sabemos cómo hacerlo: ORIGINALIDAD+IMAGINACIÓN+PALABRAS.
Gracias Pedro.