La formación de usuarios de esta quincena con el alumnado de primero de primaria está dedicada a las adivinanzas. Sin duda son lecturas que les encantan a los pequeños y a los que no lo son tanto. Tienen un componente lúdico y al mismo tiempo pone en marcha una activación mental que les supone un pequeño reto que siempre quieren superar. A veces es tanta la expectación que resulta difícil controlar esa impulsividad por participar y comprobar su acierto.
Lo cierto es que las adivinanzas forman parte de estas lecturas que se recuerdan, que se quieren, que te hacen pasarlo bien, que se comparten.
Pues bien, lo primero que hacemos , como siempre, es sacar a flote sus conocimientos sobre las adivinanzas. Dialogamos con el alumnado sobre qué es una adivinanza, que extensión tiene, la forma que tiene el texto que a veces rima o recuerda una poesía, con qué objetivo se lee, a qué debemos prestar atención, cómo juega con el lenguaje y sus significados, cómo se sabe la respuesta, si viene acompañada de ilustraciones,...
Y después de esta lluvia de conocimientos teóricos, viene lo mejor, la práctica, en la que iremos recordando todos los aspectos que antes han ido saliendo. Así que elegimos en la biblioteca distintos libros de adivinanzas y jugamos con ellos, porque esto es lo que supone para ellos esta lectura.
Vimos que hay libros con distintas formas, con solapas, con pliegues para descubrir la solución, con escritura invertida de la respuesta, con ilustración... Un juego que activa en el alumnado su conocimiento, su rapidez, su ingenio, sus ganas de aprender... y, en definitiva, comprobamos lo bien que nos lo pasamos leyendo, participando y aprendiendo entre todos.
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