Hoy ha estado en nuestra biblioteca Raúl Vacas, autor de poesía y dinamizador de historias que nos ha contagiado su pasión por los libros y la poesía.
Llegó con su maleta cargada de ciento y un artilugios para sorprender a los niños y acompañar sus poesías con música, números, un micrófono, un superlápiz, un alicate, un ruiseñor, una gorra ... y hasta un cuaderno de dibujos mágico que cobraba vida a medida que utilizamos nuestra imaginación. Porque esta es la palabra mágica para Raúl Vacas, la imaginación, que como cualquier otra habilidad hay que entrenar. Es la imaginación la que nos permite ir con los ojos abiertos, los oidos despiertos y el resto de los sentidos atentos para captar todo lo que sucede a nuestro alrededor en cada uno de los momentos que vivimos.
Raúl plantea a los niños: ¿qué necesitamos para trabajar la imaginación? Pues una herramienta para escribir, una goma para borrar, un cuaderno y... las palabras. A medida que entabla el diálogo con los niños va sacando sus objetos que les sorprenden por su tamaño, su forma, por ser inesperados o simplemente, la forma de presentarlos, siempre para relacionarlos con la poesía.
Sabemos que las palabras están formadas por letras. Así que nos presenta las letras en un magnífico libro en el que cada una de las letras parece cobrar vida, se mueven, se transforman, se combinan unas con otras, incluso se miran en el espejo.
Y así empieza el juego. Por ejemplo vimos en uno de los libros que traía que una caja se puede convertir en muchas cosas, que un simple objeto puede simbolizar otros diferentes y así un simple alicate se convierte en un pez llamado Alicator Pinzón que muerde las palabras y las deja a medias. Este pretexto le sirve para iniciar un juego con los niños a los que invita a acompañarle mientras recita el poema en el que tendrán que terminar las palabras que el pez ha mordido.
Cada poema tiene una historia detrás. Así conocimos El cerdo zurdo o El niño Frío que tiene números dentro. Y es que hay que prestar atención a las palabras porque a veces hasta se mezclan con los números. Nuevamente a medida que Raúl recita la poesía los niños acaban las palabras a partir de las señales de números que van apareciendo en escena.
¿Cómo tienen que ser los libros para que a los niños y niñas les gusten, les interesen y disfruten? ¿Os habéis planteado si un libro que contenga simplemente círculos de colores puede ser divertido? Pues como todos los libros depende de como se plantee y se muestre. Si se comparten, como lo ha hecho Raúl, a modo de juego participativo, en el que el alumnado va descubriendo cosas, el éxito está garantizado.
Sabemos que las palabras y las poesías se prestan a disfrutar del juego poético. Así el autor nos muestra una diversidad de poesías increíbles con las que interactuar de mil formas, como en un poema laberinto en el que nos podemos guiar con un pequeño imán. La poesía tiene su propia musicalidad, pero, ¿qué tal si acompañamos una nana con música? esto fue lo que hizo a continuación, acompañar la recitación de un poema con una pequeña caja de música.
Pero las palabras también son juguetonas, traviesas y a veces se atropellan. ¿No nos pasa esto en los trabalenguas? Otro giro inesperado en acción para sorprender a los niños. Raúl les dijo a los niños y niñas que le gustaría batir el record en la lectura de un trabalenguas. Pero la primera vez los nervios le jugaron una mala pasada y de su boca solo salió un conjunto de pitidos incomprensibles. Menos mal que una vez pasados los nervios y con la ayuda de un micrófono especial, el trabalenguas salió tan bien que batió el record, algo que al autor le recordará nuestro cole, por ser el lugar en el que lo logró. Terminó con un poema-rap que todos acompañamos con ritmo.
Al final Raúl se hizo una foto con nosotros y también quiso llevarse un recuerdo nuestro. Sacó una diminuta cámara de fotos para hacernos una foto. ¿Y cuál fue la palabra que dijimos todos mientras nos la hacía? Pues una que seguro recordaremos siempre: POEMA
Una sesión dinámica y motivadora en la que Raúl ha captado el interés y la curiosidad del alumnado y nos ha hecho disfrutar de lo lindo con las palabras y la poesía. Y es que la poesía da mucho juego. Solo hay que encontrar la forma de darle vida , de que tenga sentido y nos llegue a emocionar porque así formará parte de nuestras mejores vivencias y recuerdos.
Gracias Raúl, por encender en nosotros la llama de la imaginación. Esperamos mantenerla para que no se apague nunca.
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