¿Quién
no conoce a los tres cerditos?. Sin duda, todos. Recordamos como dos de
ellos construyeron mal sus casas y acabaron siendo derribadas por el
lobo. En este libro los vemos de nuevo manos a la obra para intentarlo
de nuevo. Eso sí, con la intención de hacerlo bien. El hermano mayor les
ayuda dando instrucciones.
El
cuento rimado anima a los niños a decir espontáneamente los versos que
se repiten y a recordar el mensaje: "nunca hay que empezar la casa por
el tejado". Es decir, que hay que trabajar en equipo, con atención y
esfuerzo, haciendo las cosas de forma ordenada y pensada. Con entusiasmo e
interés conseguiremos un trabajo del que sentirnos orgullosos y
satisfechos.
Los niños y niñas
conectaron muy bien con este cuento. Después de comentarlo los alumnos
reconocieron la responsabilidad de cada uno de ellos en el trabajo y cómo
podemos ayudar a los demás.
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