Los alumnos y alumnas fueron haciendo preguntas, aclarando dudas y sobre todo, contando sus propias experiencias relacionadas con los temas que iban surgiendo: el miedo, las mascotas, los hermanos, los abuelos, los sueños.... Ha sido más bien un diálogo en el que Pablo ha prestado mucha atención a lo que contaban los niños y niñas, que han encontrado en este autor una persona de confianza, al que parecía que conocían de antes, y que les ha escuchado con mucho cariño y respeto.
Pablo nos ha contado cómo sus hijos tuvieron mucho que ver en la creación de este libro que comenzó siendo una historia inventada para ellos y, a base de repetitirla, tomó la forma de libro. Dice que se lo pasó muy bien escribiéndola, no sé si tanto como nosotros leyéndola, y es que nos gustan los cuentos con finales felices. Y Fede nos deja muy buenas sensaciones. Es el hijo que nos gustaría tener a las madres y el amigo que todo niño o niña quisiera tener. Por eso le han preguntado si habría una segunda parte e incluso se han atrevido a darle algunas sugerencias que ha recogido amablemente.
Pablo ha animado a los niños y niñas a escribir sus propios sueños y vivencias que son auténticas aventuras, eso sí, cambiando si es necesario el final para que nos guste a todos. Escribir es un trabajo que necesita de ideas, tiempo y dedicación, como nos contó que le ocurrió al escribir su libro, que le ocupó varios meses de trabajo. Él mismo hizo algunas ilustraciones con acuarela pero la editorial optó por las de la ilustradora que son realmente hermosas también. Como curiosidad hemos sabido que el título que en principio iba a tener el libro iba a ser Un pirata en la bañera, pero había un conocido personaje literario con un título parecido y decidieron cambiarlo.
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